Si hacemos un análisis de la situación socio política de España en la última década, hay una cuestión que parece clara, la grave situación de corrupción en todos los órdenes que padece el país, convirtiéndose ya en una situación enquistada y arraigada dentro de nuestras vidas, de tal manera que ya a casi nadie nos asombra ver a diario la imagen de cualquier alto cargo, que van desde ex Ministros, Consejeros de Comunidades Autónomas, Directores Generales, Sindicalistas, Presidentes de la Patronal, Presidentes de Clubs de Fútbol… hasta miembros de la Familia Real, que se ven implicados en casos de corrupción.
Personas que se posicionan a la izquierda o la derecha, es igual, que van desde la mismísima familia real al chófer de un director general, y que tienen entre todos ellos un nexo común, el haber dispuesto en algún momento de dinero público en beneficio propio.
Ante esta situación hay interrogantes que se plantean:
- ¿Qué hubiera pasado si ese dinero público no hubiera ‘desaparecido’ de las arcas públicas?
Es fácil entender, que muy probablemente la situación de crisis económica de existir, hubiera sido mucho menor su impacto del que está siendo.
- ¿Cómo es posible que existan casos de corrupción que todavía están en fase de instrucción desde hace años?
Sería acertado instruir y enjuiciar con carácter urgente este tipo de asuntos reforzando de manera eficiente a los Jueces y Juzgados que están llevando estos asuntos, a fin de que los mismos se puedan enjuiciar, dentro de lo complicado que a veces resulta llevar a cabo una instrucción de este tipo de casos, para que con estas medidas de refuerzo se pueda llevar a cabo la instrucción del asunto en un plazo razonable y la celebración posterior del juicio de la manera más rápida y eficaz, de manera que la sociedad perciba que existe un mecanismo a nivel de Juzgados que afronta este tipo de asuntos de manera eficaz, de tal forma que quien fuera condenado por ello cumpla la condena fuere quien fuere, como recientemente ha ocurrido con el Presidente de un conocido club de fútbol condenado.
Sólo de esta manera y con educación desde la infancia para inculcar el respeto hacia lo público, lograremos resolver los graves problemas de corrupción por lo que estamos atravesando.